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69. Coworking tras el Covid19

Saludos, personas. Ya «habemos» vuelto. Que conste que la pasada semana faltamos por culpa de Ángel y César, que yo no tengo nada que ver. En el episodio de hoy hablamos de cómo el uso de espacios compartidos de trabajo — coworking, en moderno — puede cobrar protagonismo con la realidad que plantea el teletrabajo.

Muchos habéis probado el trabajo remoto y habéis comprobado lo útil y cómodo que resulta, aún con todo el rollo de la pandemia encima. Otros aún son reticentes pero se lo plantean. Algunas personas han podido «catarlo», pero solo a medias porque trabajar y conciliar al mismo tiempo es tarea jodida. Pero los coworking son una buena solución intermedia si no quieres — o no puedes — trabajar en casa y tampoco en la oficina. Hablamos con los responsables de dos de estos espacios para que nos den su particular visión del asunto (a pesar de los esfuerzos de César por cagarla con TODOS los audios).

ENLACES Y COSITAS DE LAS QUE HABLAMOS EN EL PROGRAMA

Esta semana no tenemos mucho más que contaros. Como veis ha sido cortito y sencillo. Pronto volveremos a la carga con esos contenidos prácticos «hardcore» que tanto os gustan. Gracias a Berna e Isra por participar (y mis disculpas por las movidas técnicas. La próxima vez no confiéis en la habilidad de un humano, para estas cosas).

Gracias por escucharnos, tanto si acabáis de llegar como si sois fieles desde el principio. Todo suma, ya sabéis. Además de enviar correos a César y Ángel también podéis mandarnos comentarios desde la web y desde iVoox. Por supuesto, agradecemos todas las valoraciones positivas que queráis dejar en Spotify o iTunes. Si quieres que este proyecto siga vivo mucho tiempo puedes apoyarnos económicamente. A través de la vía del patrocinio o haciendo tus compras a través del enlace de afiliados de Amazon (las compras salen al mismo precio). ¡Gracias, gente guapa! Hasta que nos volvamos a escuchar portaos bien y no rompáis nada, que hay que pagarlo luego. ¡Cuidaos mucho y protegeos, si salís a la calle! Que si no a César no se le pasa el canguelo con el bicho. Besos de tornillo.